martes, septiembre 21, 2010

Guaico: El artesano de Palmira










Fotografías: Periódico Juntando Palabras - Fundación Comunitaria Guásimos

Tamuco DOS DOCTRINAS Y UN SOLO PUEBLO

Por: Evelio Varela

En el mes de agosto de 1986 la BIBLIOTECA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA con el número 181 publica un obra titulada: RAÍCES POBLADORAS DEL TACHIRA: Táriba, Guásimos (Palmira), Capacho, cuyo autor es: LUCAS GUI LLERMO CASTILLO LARA, Individuo de número de la Academia Nacional de la His toria, que contiene interesantes investigaciones históricas de estos poblados indígenas, el proceso colonizador, las luchas seculares por la defensa de las tierras, las encomien das, la toponimia; pero sobre todo la verdadera y auténtica historia como resultado de la investigación directa que el Autor hace de las fuentes, dejando constancia bibliográ fica de cada una de sus citas extraídas de los expedientes que reposan en los Archivos de Sevilla y Bogotá.

De lo que hemos encontrado en tan interesante obra, hacemos un breve extracto, que hemos titulado TamucO DOS DOCTRINAS Y UN SOLO PUEBLO para pre sentarlo a nuestros lectores, en este año 2007 en que se recuerda los 380 años de los a- contecimientos que dieron origen al Pueblo de Guásimos, y para hacer referencia y reve rencia a esos hombres y mujeres de TAMUCO de donde es posible se encuentre el tron co de nuestros antiguos y auténticos antecesores.

Tres cosas hace ver a los guasimeros Lucas Guillermo Castillo Lara, y su majestuosa o bra histórica: primero, este pueblo fue fundado el 15 de junio del año 1.627, y que el Fundador fue el Licenciado Fernando Saavedra, y no otros, ni después; segundo, que no existieron los Indios Guásimos, sino que el poblado tomó ese gentilicio después del año 1627; tercero fue repoblado el 05 de julio del año 1647, por el Visitador Diego Carras quilla Maldonado y comisiona al Capitán Luis Sosa Lovera para ello.

- PARA ENTONCES HABIAN TRANSCURRIDO:

135 años del descubrimiento de América.1492
129 años del descubrimiento de Venezuela 1498
78 años de la fundación de Pamplona.1549
77 años de la creación de la Real Audiencia de Santa Fe. 1550.
69 años de la fundación de Mérida. 1558.
66 años de la fundación de San Cristóbal.1561
50 años de la fundación de La Grita,1577
25 años de la fundación de los pueblos de Capacho y Táriba. 1602
380 años al 15 de junio de 2007

2.-LA FUNDACION

2-1 El Pueblo de Guasimos fue fundado el 15 de junio de 1627 como producto de una concentración de varios pueblos indígenas, que desde 1565 a 1600 habían sido adquiridos en encomienda por los soldados que acompañaron a Juan Maldonado en la conquista y fundación de la Villa . Éstas eran especies de fincas que los conquistadores habían tomado, donde los indígenas estaban obligados a trabajar y su dueño, a cambio, debía enseñarles la religión cristiana e instruirles. Pero estos no cumplieron y trataban a los indios como esclavos; razón por la cual Guásimos se fundó como "pueblo de doctrina de indios". De esa manera daban cumplimiento a la Real Cédula del año 1619 para la fundación de los nuevos pueblos de América, en la que se ordenaba que los encomenderos no maltrataran a los naturales, por el contrario, deberían ampararlos y protegerlos con especial atención. En los pueblos de doctrina la autoridad la ejercían el cura doctrinero y el corregidor, éste, designado por el gobernador. Los frailes agustinianos que tenían su Convento en la Villa de San Cristóbal les correspondió por mandato del fundador asumir la responsabilidad de ser los Curas Doctrineros de la población de Guásimos a partir de su fundación.

El día de la fundación se colocó una cruz en el sitio donde debería construirse la nueva iglesia y se obligaba a los encomenderos de las diferentes parcialidades indígenas construir el templo y proveerlo de los ornamentos. El núcleo central del poblado debería constituirse alrededor de la plaza y la iglesia, ubicado en una pequeña meseta llamada de los Guásimos bordeada por dos quebradas de buena agua. Debería integrarse por familias reducidas a pueblo provenientes de varios grupos, muchos de ellos se encontraban dispersos, alternaban diferentes lugares en las montañas y rastrojos comarcanos a la Villa de San Cristóbal. Guásimos en esos tiempos iniciales fue pueblo esclavizado, vejado, pobre, sufrido y martirizado por los encomenderos y españoles vecinos que no sólo ambicionaban sino que violaban sus resguardos para usurpar sus tierras ricas en la producción agrícola y pecuaria.

Esas parcialidades indígenas mandadas a poblarse en Guásimos habían sido visitadas, escudriñadas en sus lugares y ordenada su protección por el Visitador Antonio Beltrán de Guevara en 1602

FERNANDO SAAVEDRA: en esa Visita de 1.627, funda a GUASIMOS y reordena poblacionalmente a Capacho fundado en 1.602 por el Visitador Antonio Beltrán de Guevara. Al ser visitado, encontró Saavedra que Capacho contaba con iglesia en condiciones aceptables, decía: “que tiene alguna decencia, por ser de tapia y con buena puerta” “Que deberá de perpetuarse, permanecer y continuar en el mismo sitio y población”.

TAMUCO: DOS DOCTRINAS Y UN SOLO PUEBLO

DOS DOCTRINAS COMARCANAS A SAN CRISTOBAL son fusionadas para dar paso a GUASIMOS.
1º.- Tamuco 234 y sus anejos, a cargo de los Frailes de la Orden de San Agustín, con l2 encomiendas, que sumaban 715 indígenas;

2º.- Táriba y sus anejos, a cargo del Clero Regular y que doctrinaba el Padre Alonso Cordero, con 11 encomiendas, que sumaban 424 indígenas. Para un gran total en el área de 1.139 naturales. Existía una tercera doctrina, para el distrito de la Villa de San Cristóbal: Cúcuta y Capacho a cargo del Clero Regular y que doctrinaba el Padre Luis Fernández Caballero, con una población de 581 indígenas, para un total de 1720 naturales reservados comarcanos a la Villa, que recién había cumplido 66 años de existencia.

DE LA GRITA A TAMUCO: Desde la Grita, donde se encontraba de visita oficial a los naturales de ese pueblo, Fernando Saavedra envía a la Villa un Edicto General de Visita a los indígenas cercanos a la Villa. De la Grita parte el 27 de mayo de 1627 y ese mismo día arriba a Tamuco, encomienda de Francisco de Anguieta, y ordena de inmediato convocar a los indígenas de esa parcialidad y también a los de Aborotá y Lobatera. El pueblo de Tamuco contaba con veinte casas. (236)

TAMUCO había surgido como grupo indígena en 1602, alrededor de la iglesia de Comunidad en ese Valle cuyos naturales llevaban ese nombre. Y en torno a la misma habían de establecerse varias familia en comunidad. Y nos atreveríamos a especular que Tamuco fue fundado el 13 de noviembre de 1602 cuando el capitán poblador Alonso Ávila y Rojas anunciaba que todos los bohíos mandados a construir allí por Antonio Beltrán de Guevara habían sido terminados, convirtiéndose así en una de las simientes de importancia de nuestra historia que siendo numerosa en población indígena fue mandada a poblarse en Guásimos 25 años después, el 15 de junio de 1627.

PARCIALIDADES INDIGENAS pobladoras de las dos doctrinas MANDADAS A CONCENTRAR EN El PUEBLO DE GUASIMOS EL 15-06-1627, por el Visitador Fernando Saavedra, que desde el 27 de mayo en que arriba a Tamuco, había visitado y evaluado una por una, desde la cantidad de indígenas, sus condiciones humanas, los curas doctrineros, nivel de adoctrinamiento, las iglesias donde acudían, los ornamentos, las distancias que deberían recorrer los indios para llegar a las iglesias, el trato que les daban los encomenderos, los resguardos y las tierras asignadas y su aprovechamiento.

TAMUCO: doctrinero: Fray Alonso de Torregosa. 245 232 SIRGARÁ, CANIA, BARBILLAS, QUENIMARÍ MACHIRÍ, CACONABECA, LOBATERA. AZUA, ABOROTÁ Y LIRIBUCA

TÁRIBA: doctrinero: Padre Alonso Cordero: CARAPOS, SIRGARÁ, XIRURU, TANA, TUCAPÉ, TOTE, CASABATA, QUEBEO O QUEBEYO,431 BARBILLAS O BARJUELAS, TONONÓ, TEUCARA, SIMARACA, PERIBECA, RIO ABAJO DE LA VILLA. (Chilicos,Civitacas y Guatopos)

Algunos nombres aborigenes de Caconabeca: Dicase, Becorore, Curquesin, Coropino, Ariguere, Iratayre, Biranure, Consapan, Coscote, Curiguire, Gubigure, Guantiguere, Suarco, Cugupro, Guanique, Diecunare, Bayrimure, Buguen, Cangarabuire, entre otros. El intérprete fue un indio ladino de Tamuco.

COLATERALES POR LA FUNDACION DE GUASIMOS.

A partir de ese momento comenzó la vigencia jurídica y física. Nace un nuevo pueblo con la denominación: Doctrina del Pueblo de Guásimos, que administran espiritual mente por encargo del fundador, los religiosos agustinos del Convento del Señor, San Agustín con sede en San Cristóbal, fundado en 1593.

-El doctrinero que habría de asignarse debería residir en el pueblo, siendo el Convento, un gran apoyo ya que siempre se podía contar con uno de sus religiosos.

-El Cura Doctrinero era verdadero centro alrededor del cual gira ba toda la vida religiosa, civil y social de la población in dígena: Catecismo e instrucción religiosa todos los días a los niños y jóve nes, a los adultos los domingos. Misa, frecuentemente prácticas de piedad y devoción cristiana; celar las buenas costumbres, edu carlos en la vida de la comunidad y procurar su civilización. Los cuidaban en sus enfermedades, los acompañaban en sus momentos tristes y alegres y los defendían de abusos y atropellos provenientes de los vecinos españoles.

-El estipendio del Cura Doctrinero sería de 250 pesos de a 8 reales por año. Debía dedicarse a su oficio todo el año, doctrina y enseñanza cristiana de los naturales, sin hacer falta ni ausencia que excediera de tres días, y si fuese más larga debía dejar sustituto debidamente autorizado. Deberían prestarse a los indígenas todos los servicios en la Iglesia de Guásimos.

-Al Cura Doctrinero se le mandaba que no llevase ningún interés a los indios, ni tuviese con ellos tratos de labor, hilanzas ni granjería alguna.

-También se permitía al Cura Doctrinero percibir la congrua señalada a algunos dueños de hatos, y estancias de las vecindades, cuyos servicios se doctrinaba en la iglesia de Guásimos, conforme a la costumbre y mandato eclesiástico vigente. Esta congrua la pagarían los encomenderos, la mitad por San Juan y la otra mitad por navidad. El pago debería ser puntual y a ello serán compelidos los encomenderos.

-Tres años más tarde, en l.630, Fray Luis Jover Nava figura en los registros doctrinales como el Cura Doctrinero, posiblemente este fraile fue el primero que pudo tener este pueblo.

-Se ordenó a los encomenderos, erigir una pequeña iglesia capaz, cómoda y decente de bahareque y paja, una plaza pública frente a la misma, con sus calles trazadas de 50 varas de largo por 11,50 de ancho y las casas contiguas unas a otras en forma de poblado, traer y meter allí a las familias indígenas que deberían dar vida al nuevo pueblo. Es de suponer que por lo menos debería construirse unas 190 viviendas indígenas, que desde luego llevaría bastante tiempo.

-El pueblo estuvo inicialmente bajo la advocación de Santa Catalina, después San Agatón de los Guásimos> 1.720, Se Registra por vez primera el nombre de San Agatón de Guásimos.

-La fundación de Guásimos dejaba sin efecto y manda para allá la población de Táriba y sus parcialidades indígenas anejas, que el 06 de agosto de 1602, había ordenado juntar y poblar en barrios distintos y cercanos, el Visitador Antonio Beltrán de Gue vara.

-Las imagen de la Virgen de Táriba debería ser mudada y pasaría a presidir las devociones religiosas en la iglesia del nuevo pue blo de guásimos.

-Los viajeros, arrieros y mercaderes que iban y venían por el Ca mino Real desde Pamplona a Mérida tendrían la fácil oportunidad de visitar y venerar la sagrada imagen sin tener que bajar a donde se encontraba.

-El pueblo de Guásimos fue ubicado y demarcado en un paraje semiplano es tratégico del Camino Real,-que atravesaba la meseta de guásimos- red vial en la ruta colonial que enlazaba a Pamplona con Mérida, y los pueblos intermedios Cúcuta, Capacho, Guásimos, El Cobre, La Grita.

La vía que desde Santafé llevaba a Tunja, Pamplona, Mérida y Caracas completaba el mapa de los que podríamos llamar caminos reales troncales coloniales. Pronto la red se fue perfeccionando con caminos secundarios, que iban enlazando la red anterior con los nuevos núcleos de población que al correr del tiempo iban apareciendo.

PERSONAJES DE GUASIMOS: Juan Esteban Cañero

Por: Evelio Varela

180 años después

Juan Esteban Cañero, Alcalde Indio de barrio de Guásimos.

UN PUEBLO LENTAMENTE LIQUIDADO
LOS TRAJERON PARA UN MAL MORIR

NOTA: de la Obra: RAICES POBLADORAS DEL TACHIRA: Táriba. Guásimos (Palmira), Capacho, del Historiador Lucas Guillermo Castillo Lara, extraemos este relato, des de la pagina 341 a352, con el ánimo de dar a conocer, parte de la Historia a través de los PERSONAJES DE GUASIMOS en su contorno formativo inicial. Todo lo escrito en letra negrita es referencia nuestra que intentamos resaltar. Una historia para nosotros aún desconocida y que debe ser contada.

Táriba había sido erigida en Parroquia en 1804 y tenía su propio Cura y era gobernada por un Alcalde pedáneo dependiente de la Villa de San Cristóbal. A poco de su erección, se reactivaban con mayor énfasis las pretensiones de algunos sus vecinos sobre el globo de tierras de los Resguardos de Guásimos, dirigidos y auspiciados por Francisco Javier Prato, vecino taribeño. A esto se vino a unir ciertas disposiciones oficiales emanadas de las autoridades provinciales, dirigidas a proteger las tierras de los indígenas, lo cual coincidió con el alborotado clima de intrigas que rodeaban esa erección parroquial.

Guásimos desde sus verdes alcores y envuelto en la blanca paz de sus nieblas continuaba en su quieto y humilde devenir. A la vera del poblado pasó la revuelta comunera, que sacudió en la hondura los estamentos coloniales de los Andes Venezolanos. La Patria con sus aires de independencia comenzaba su vocación de futuro, y Guásimos se integraba a la vida de la libertad en medio de su humilde y simple existir.

En 1805 El Gobernador de Maracaibo, a pedimento del Protector de Naturales de la Provincia, había solicitado información a los Corregidores de su jurisdicción, si los pueblos de indios a su cargo tenían la legua de tierra a cada viento, y en su caso procedieran a demarcarlas.

En lo que respectaba a Guásimos, después de diversas incidencias fue comisionado el Teniente de Justicias de la Villa Francisco Antonio Fortoul, para hacer nueva medición de los resguardos. Así lo practicaba este funcionario, aplicando la tesis de no de una legua en cuadro sino de una legua a cada viento, lo cual significaba comprender en la mensura gran cantidad de las tierras contiguas, incluso donde estaba Táriba.

Esto causó gran conmoción, no solo en los asurcanos dueños de tierra comprendidos en la nueva mensura sino en los propios vecinos del pueblo de Táriba, que sentían amenazada la existencia misma de su recién creada parroquia. Al problema en sí de la tierra se juntaron entonces las todavía candentes intrigas y disputas por la erección parroquial de Táriba, cuya fundación había sido tan controvertida por un poderoso grupo dominante en ese tiempo en San Cristóbal, y del cual formaba parte el Teniente Justicia Fortoul.

Los de Táriba le echaban ahora en cara a ese grupo dominante, el haberse valido de los indios de Guásimos para intentar demoler la parroquia. Con esa comisión que había gestionado Fortoul para mensurar las tierras de los indios, decía luego Prato, (Francisco Javier) “maliciosamente les midió cuatro leguas comprendiendo la Parroquia de Táriba y las tierras de varios vecinos, cultivadas con sus haciendas de caña, café plátano ingenios y casas de vivienda, que por su aforo pasó de cuarenta y cinco mil pesos”

De inmediato hubo oposición de los dueños y vecinos afectados, entre ellos Juan Bautista Quiroz y de Luis y Feliciano Chacón, representados por Francisco Jevier Prato. Con Base a esas oposiciones no se llegó a dar posesión ni a entregar la tierra nuevamente medida a los indios de Guásimos, que por otra parte sólo pedían se les diese lo que se les había alindado en 1750 por el Alcalde Vargas.
A este respecto decía el corregidor de naturales del Partido de San Cristóbal Don José Raiya, al responder al informe solicitado en 1808 por el Gobernador de la Provincia de Maracaibo Don Fernando Mijares: “ En este pueblo no tienen tierra suficientes para sus sembrados, ni en común ni en particular, ni para criar, según tengo representado en las diligencias de mensura que practiqué en marzo del año pasado, comprobado ésta con la nueva mensura hecha por el Teniente Justicia de San Cristóbal en virtud de comisión de Su Señoría, quien no entregó a los naturales la tierra mandada por estar circunvalados de españoles, restringidas en la estrechez que de dichas mensuras constan”

El asunto subió al tribual del Gobernador de la Provincia, ante el cual incoaron también demanda varios vecinos de Táriba, dirigidos por el dicho Prato, rechazando la mensura y reclamando parte de las tierras de los resguardos. Hubo sentencia a favor de los indios de Guásimos y por apelación de los contrarios el pleito subió en alzada a la Audiencia de Caracas, que también dictaminó favorablemente a los indígenas. Ordenaba proceder al deslinde de las tierras de Resguardos, con base a la fijación hecha en 1750 por el Alcalde Antonio Vargas, y que se amparase a los indios en su posesión.

La Junta Suprema de Caracas, que había asumido el poder el 19 de abril de 1810, pasó el asunto a la junta superior de Mérida para su cumplimiento, y está ordenó su ejecución al Teniente Justicia mayor de San Cristóbal, Javier de Useche,. A fin de dar obedecimiento a su comisión, el Justicia Useche mandó al Alcalde de la Parroquia de Táriba Don Ignacio Sánchez Cozar, hiciese convocar en el pueblo de Guásimos a todos sus habitantes para proceder al referido deslinde.

El 17 de diciembre de 1810, estando congregados en Guásimos todos sus moradores, chicos y grandes, se presentaron allí el Comisionado Useche y el Alcalde de Táriba Sánchez Cozar, a quienes en señal de respeto los indios pidieron la bendición. Los acompañaban también Francisco Javier Prato, apoderado de los contrarios, Don Joaquín Angarita, Don Agustín Arciniegas y otras personas.

Al ver la presencia de Prato y que éste parecía dirigir todo el asunto, los indios de Guásimos se molestaron y pidieron se retirase de allí. Como Prato no quería marcharse, un grupo de airadas mujeres profirieron frases insultantes contra él y le arrojaron algunas piedras. Intervino entonces el alcalde de barrio de Guásimos Juan Esteban Cañero y les impuso silencio y orden.

El Comisionado Useche resolvió no efectuar el acto de deslinde ese día, en vista del estado general de los ánimos. Pero antes les preguntó decía Cañero, “si nos conformábamos con la posesión que se nos mandaba a entregar, que era la que había dado Don Antonio de Vargas,(1750) y respondí yo a nombre de todos que sí, que con ella quedábamos enteramente conforme, cuyas tierras eran las que siempre habíamos reconocido por el nuestro Resguardo”.

Los de Táriba ocurrieron luego al Tribunal, refiriendo que el pueblo de Guásimos estaba atumultado contra la Justicia y rebelde a obedecer, basado en lo cual el juez comisionó entonces a Juan José Pulido y L Teniente Justicia de Táriba, para que con el auxilio necesario procediera al deslinde y posesión. En cumplimiento de su encargo los comisionados se apersonaron en Guásimos y mandaron a cada parte abriesen las trochas para establecer los linderos.

Los indios de Guásimos lo hicieron con arreglo a los límites expresados en la dicha posesión judicial de 1750; y los contrarios, decía el indio Cañero, lo efectuaron a su arbitrio, mucho más arriba, de suerte que les usurpaban la tercera parte de los Resguardos. El día señalado para el acto, los Comisionados pidieron a los te Táriba presentaran las escrituras de sus tierras para conocer sus linderos, a lo cual se negaron, al ver que no se iba a hacer por donde ellos querían. Adujeron no estar obligados a ello y que el Comisionado Juan José Pulido no entendía la materia, por tanto nose conformaban con lo que obrase.

En definitiva nada se hizo en ese momento, pero a fin de conseguir su intento los contrarios, relataba Cañero, procedieron a hacer una información de testigos a medida de sus deseos. Ante el juez de Táriba que estaba parcializado, llevaron a declarar testigos que eran de su amaño y los más encarnizados enemigos de Guásimos, y sin la previa citación de la otra parte. Con esa Información trataban de justificar, que los linderos de los Resguardos eran por donde ellos abrieron sus trochas; y que los indios de Guásimos estaban atumultados contra la Justicia y no querían admitir la posesión a su antojo y estaban quitándoles a los otros sus tierras.

Con esa fabricada prueba, reiteraba Cañero, viciada de nulidad y que ellos tachaban de falsedad, los de Táriba ocurrieron al Tribunal y consiguieron la designación de un nuevo Comisionado. Este fue Don Eleuterio Parra, o García como también se le llama en el expediente, Justicia Mayor de San Antonio del Táchira, quien con auxilio de 29 hombres armados debía ir a dar la posesión con arreglo a la Información de los contrarios, y condenando a los de Guásimos en las costas que ascendían a 1.000 pesos.

La defensa del Alcalde indio Cañero

Entre una y otra cosa había corrido todo el año de 1811 y comenzaba el 1812, que pronto iba a marcar el eclipse de aquella primera y suspirada libertad. En febrero de este año, todavía bajo sus resplandores, al tener conocimiento el Alcalde Cañero de las anteriores intrigas y procedimientos judiciales, elevó una representación al Poder Ejecutivo Provincial, haciendo una defensa pormenorizada de todo lo sucedido.
Basado en esa falsa información de los contrarios, decía, se daba al desprecio el amparo decretado a favor de los indios de Guásimos por una sentencia legitima, la cual se innovaba de favorable en gravosa y se les condenaba injustamente al pago de unas crecidas costas. Así mismo se les imputaba sin fundamento la fea mancha de tumultuosos, rebeldes y temerarios litigantes, cuando ellos siempre habían sido sumisos y obedientes a la autoridad.

“A la vista de un azote tan temerario como el que nos amenaza, profería Cañero, a causa de intrigas con que la multitud de nuestros émulos pretenden nuestra ruina, no podemos menos que ocurrir a la piedad de V.E. suplicándole encarecidamente se digne amparar a unos infelices que acaban de ser esclavos, que se hallan en el grado de ignorancia, sin quien los patrocine y ampare y libre de las falsas imputaciones que con mal querientes les han hecho, y tanta indigencia que aún todavía nos hallamos debiendo tributos; para que en virtud de estos fundamentos interponga sus poderosos brazos”.

Solicitaba asimismo Cañero que a la mayor brevedad posible y antes de que se ejecutase tal injusticia, se extrajeran los Autos y Comisiones de manos del referido Comisionado, a fin de poder alegar la nulidad de la Información de los contrarios y deducir su derecho.

La solicitud de Cañero al Poder Ejecutivo, como era de ley, fue enviado por éste al Tribunal que conocía del asunto, con fecha 28 de febrero de 1812. Se le encarecía al Juez, que en lo posible fuese atendida esa petición del pueblo de Guásimos, especialmente en cuanto a los perjuicios que pretendía detener con la suspensión de la Comisión. A ello respondía el Tribunal se su Auto de 2 de marzo siguiente: que cuando esa parte interpusiera su recurso en tiempo hábil, se le atendería.
De inmediato el Alcalde Cañero procedió a levantar una información testifical ante la Justicia de San Cristóbal, donde declararon los mismas actores y testigos presenciales de los hechos acaecidos en Guásimos: Javier de Useche, Regidor y Alguacil Mayor de la Villa y que ejerciera allí el cargo de Teniente de Justicia el año 1810; Don Ignacio Sánchez Cozar, que fuera Alcalde de Táriba y el Sr. Joaquín Angarita.

En sus deposiciones estos testigos estuvieron contestes en afirmar, aunque con ciertas restricciones por parte de Sánchez Cozar. Que no hubo tumulto ninguno ni oposición a la Justicia en el pueblo de Guásimos. Que sus habitantes sólo le pidieron a Francisco Javier Prato que se marchara de allí, por ser patrocinador de los contrarios y quien dirigía la disputa. Como Prato se resistía a irse, unas mujeres profirieron insultos contra él y le arrojaron algunas piedras, pero el Alcalde Cañero les impuso orden y silencio. Que no hubo oposición de los indios de Guásimos a los actos de deslinde, y que al preguntarles el Comisionado Useche si se conformaban con la posesión dada en 1750 por el Alcalde Vagas, todos dijeron que la aceptaban. Por último, que la mensura y posesión no se efectuó en esa ocasión, por haber terminado sus funciones el Teniente Justicia Useche.
Si hablara la misma Patria

El Alcalde Cañero representaba luego al Rector del Poder Judicial, como le decía, acompañando la anterior información testifical y reproduciendo el relato ya conocido de los hechos acaecidos en esa disputa. Formulaba ese escrito en su carácter de Alcalde de barrio de la Parroquia de Guásimos de esta Provincia, “por mi a nombre de todos mis iguales americanos de aquella congregación”

Argumentaba con abundantes citas legales contra la decisión de ese Tribunal, que había cambiado adversamente las sentencias de primera y segunda instancia, dictadas en Maracaibo y Caracas a favor de los indios de Guásimos. Dicha decisión era nula, entre otras cosas por que no se les había citado ni oído, y por tanto no podía ejecutarse.

Contradecía la falsa imputación de un sedicente tumulto de los indios de Guásimos contra la Justicia, base principal para haberse variado por el Tribunal las sentencias que tenían a su favor. “Nosotros, decía, jamás nos hemos atumultado para no obedecer las órdenes de la Superioridad, ¿ y cómo podrá la calumnia que se nos atribuye, cuando las dos sentencias de Maracaibo y Caracas nos favorecen y cuyo derecho reclamamos ahora? Si ahora mismo ciudadano Rector hablara la misma patria (en la hipótesis de desatender nuestro legal y justo reclamo que no esperamos de vuestra rectitud), ¿no es cierto que se explicaría en esta forma?: Yo arrojé a los Reyes, vosotros introducís a los tiranos. Yo introduje la libertad que no había, vosotros no queréis conservar la establecida. Yo con peligro de mi cabeza os liberté, vosotros sin peligro alguno no procuráis vivir libres. ¿Y se podrá concebir libertad cuando no se observan las leyes? ¿Será rebelión o tumulto alegar cada ciudadano sus excepciones?

Con la falsa y amañada información testifical de los contrarios y sin ningún otro documento, habían conseguido un lindero que disminuía en una tercera parte los Resguardos de Guásimos, fijados en 1750.

Ello demostraba que no tenían derechos que hacer valer, sino sólo la apetencia de las tierras de los indios.”De suerte, concluía Cañero, que la suma utilidad de las tierras así para ganados como para labores, ha sido la única causa desde antes del año 50 para que los vecinos nos hayan estado siempre incomodando, movidos de la envidia y mal aconsejados.

Esa representación y la insistencia del Acalde Cañero, lograron que el Tribunal modificara su anterior determinación. En consecuencia mandó a librar nuevo despacho al mismo Alcalde de San Antonio, para que “sin estrépito de armas ni perjuicio de los americanos” cumpliera la comisión por lo respectivo a la mesura y posición de los interesados. Esto debería hacerlo con audiencia de una y otra parte, y en caso de que se presentaran agravios ese Tribunal se reservaba oírlos.
En un escrito del 21 de marzo de ese año 12 dirigido al Juez, el Alcalde Cañero decía que era justa esa resolución y como tal la acataba. Pero quería advertir para dejar constancia en el expediente, que era muy verosímil que por los reclamos que había hecho continuase más dura y cruel la parcialidad contra la congregación de Guásimos.

El Dr. Francisco Miguel Sánchez, cuando asumía la defensa de Francisco Javier Prato, decía: “que los indios de Guásimos fueron instrumento del poderoso e influyente grupo de vecinos de San Cristóbal, que se había opuesto años atrás a la erección de la parroquia de Táriba, propugnada por Prato”.
La larga y obstinada lucha de los indios de Guásimos para defender sus tierras, constituye uno de los aspectos primordiales de su historia.
Años más tarde, vecinos de Guásimos” en nombre de los naturales” protestan al Alcalde indio Cañero en sus 18 años de mando.

No obstante los grandes servicios prestados al pueblo, personeros de Guásimos en nombre de los naturales protestan en 1822, contra el sempiterno Alcalde Juan Esteban Cañero. El pueblo se sentía cansado –decían- de su dominación y lo acusaban de actuaciones tiránicas y de perpetuarse en el cargo. Dadas estas circunstancia llegaban a pedir la extinción del Curato y la agregación de Guásimos a Táriba y formar un solo pueblo. El escrito de protesta lo encabezaban, el Cura Interino, Pbro. M. Montenegro y Vicente Cifuentes, Paulo Moyano, Alejandro Chacón y Aniceto Rangel, vecinos. Le acusaban de impedir la ilustración de este pueblo, tanto en las virtudes morales, como civiles y políticas, que solo atiende por sí y a servicios particulares en la Villa, mientras Guásimos se sume en la indigencia moral y civil de sus naturales.. Sugerían que se quedara en San Cristóbal que lo quiere tener por Juez, perpetuo, por la calidad de rico y de consiguiente señor de Guásimos o Rey como dicen. .Estaban disgustados porque se les quería obligar a hacer servicios particulares, como por la perpetuidad del Juez. Por eso acudían a la alta piedad de Su Señoría, para que se dignase poner término a males tan escandalosos. En especial mandase a poner un Juez, para poder conseguir el culto e iluminación del pueblo que éste les ha privado, y extirpar el despotismo de una continuada elección de 18 años, lo que era prohibida por el Gobierno.

“De no conseguir esta solicitud, pedimos que para conseguir la paz y tranquilidad se extinga este Curato, que solo lo es de nombre, y se agregue como una parte accesoria a Táriba y se incorpore en uno solo; porque de vecinos contamos 10 casas; los indígenas no llegan a 20 útiles: según lo vemos en el padrón que con dificultad lo pudo hacer el interino Cura. Por lo tanto, no dudamos que Vuestra Señoría se servirá oírnos en obsequio de la paz y tranquilidad de estos lugares, que están prontos al servicio de la República y sacrificarse por ella; como enajenarse de servicios particulares a que la Villa nos obliga; de suerte que no sabemos a quien obedecer primero si al público o al particular, y como este Alcalde carece de policía y le sobra mucho de adulador, no pretende defender los sagrados derechos de un pueblo libre” Archivo de Registro Principal del Estado TÁCHIRA 1822.
Lo que pudo acontecer de ahí en adelante en el destino del Alcalde indio Juan Esteban Cañero, no se sabe, ni donde está sepultado este interesante personaje de nuestra historia local.

EVELIO VARELA

Personajes de GUASIMOS: Fray Pedro de Bonilla Moscoso

Por: Evelio Varela

SACERDOTE DE DIOS Y LA CORONA: Fray Pedro de Bonilla Moscoso. ARDIENTE DEFENSOR DE LOS INDIOS DE GUASIMOS.

UN PUEBLO LENTAMENTE LIQUIDADO
LOS TRAJERON PARA UN MAL MORIR

NOTA: de la Obra: RAICES POBLADORAS DEL TACHIRA: Táriba. Guásimos (Palmira), Ca pacho, del Historiador Lucas Guillermo Castillo Lara, extraemos este relato, desde la pagina 315 a 330, con el ánimo de dar a conocer, PERSONAJES DE GUASIMOS en su contorno formativo inicial. Todo lo escrito en letra negrita es referencia nuestra que intentamos resaltar.

Se obedecen los mandatos de la Audiencia

El Corregidor Díaz Bermúdez recibió el despacho del Oidor Merlo de la Fuente, y en ju lio del año16 99 lo ponía en ejecución. Como la posición amenazadora de los vecinos españoles no había variado mucho, el Corregidor decidió solicitar el auxilio de las Justi cias de la Villa. A tal efecto notificó el referido despacho al Alcalde Ordinario Pedro de Colmenares Aysmasa, y le pidió su favor y ayuda para la citación de los vecinos ocupan tes y dar la posesión a los indios. El Alcalde manifestó su obediencia al dicho manda miento del Juez y Oidor de la Audiencia y prometió colaborar en su ejecución.

Esto debió calmar un poco los ánimos de los vecinos, de nuevo alborotados con aquellas noticias sobre la reactivación del asunto de los Resguardos indígenas. El 3 de agosto el Corregidor dictaba Auto, ordenando comenzar la ejecución del nombrado despacho. A cuyo efecto salía ese mismo día del pueblo, con el Cacique, Capitanes, Alcaldes y los indios más viejos de Guásimos, acompañados además del Cura Doctrinero el Reverendo Padre Predicador Fray Nicolás de Pedroso y Castañeda.

Se haría el señalamiento y posesión ordenada, decía el Corregidor, con “medidas de vis ta de ojos” y citación de las partes interesadas. Sí éstas tuviesen títulos de tierras más an tiguos que los Resguardos de los indios, los presentarían ante el Corregidor que actua ba como Juez Comisionado, o si tenían que alegar de sus derechos lo hicieran dentro de 9 días de su notificación.. Asimismo, que en ese lapso los dichos vecinos exhibieran los costos y costas que se mandaba pagar a los indios.

1699, posesión judicial de los Resguardos.

En la práctica de la medida acordada, ese mismo día 3 llegaron a las casas de la morada de Doña Leonor Guerrero de Librillos, a quien notificaron el Auto anterior. Por su impe dimento físico y ser mujer, salió representando su persona, Don Diego Fernández de Rojas, su hijo, quien los acompañó a las diligencias del caso. En los sitios de los Res guardos señalados y nombrados por el Licenciado Fernando Saavedra, y en presencia de los testigos y personas citadas, el Corregidor dio posesión jurídica al Casique, Capita nes, Alcaldes y demás indios del pueblo de Guásimos.

Don Diego Fernández de Rojas, en nombre de su madre, contradijo la dicha posesión lo cual dijo haría también por escrito. Suplicó el pago de los costos y solicitó se amplia ra a 60 días el término para formalizar la oposición. Por último observó: que “según ar bitrio de buen varón, habrá de dicho mojón al dicho pueblo de Guásimos por aquella frente sola, más de dos leguas, siendo el más cercano de los que hay debajo de los lími tes y linderos de dicho señalamiento” El Corregidor por su parte admitió la contradic ción y concedió el plazo de 60 días.

Pasaron luego a las casas de las moradas de Doña Andrea Ramírez de Urbina. Al ser no tificada contradijo dicha posesión, por la distancia tan larga de más de tres leguas que había de allí al Pueblo de Guásimos. Suplicó se suspendiese el pago de las costas y pi dió también ampliación del término a 60 días.

Después fueron a la casa de Doña Francisca Ramírez de Andrada, quien dijo que presen taría los títulos de sus tierras por si eran más antiguos, y en caso contrario las desocupa ría. Tampoco contradecía la posesión a los indios, por estar en litigio dichas tierras con Doña Andrea de Urbina.

En las siguientes casa del Alférez Francisco Ramírez de Arellano encontraron que esta ba ausente de la jurisdicción. Entonces dieron posesión a los indios y notificaron a Nico lás de Parada, que se encontraba allí.

Al día siguiente pasó la misma comitiva al sitio de la Laguneta, a las casas del Sargento Felipe Agüero. Al ser notificado respondió que no contradecía, pues aunque vivía bajo los límites de los Resguardos era con licencia y consentimiento del Cacique, Capitanes y Alcaldes de Guásimos, por no hacerles ningún perjuicio.

Doña Margarita Labrador, otra de las personas que vivía bajo los resguardos, dijo que no contradecía y desocuparía las tierras al coger un poco de mías que tenía sembrado. Tampoco contradijo, Andrés de Villalta.

En el sitio de Silgará donde llegaron después, notificaron a Don Juan Galindo de Ara que. Este respondió: que el pedazo de tierra que tenía lo había comprado por escritura jurídica al Gobernador Don Rodrigo Ferrerira de Almeida, en precio de 150 patacones.

Presentó al corregidor dicha escritura, otorgada ante el Alcalde Ordinario de la Villa Don Martín de Omaña Rivadeneira, el 15 de febrero de 1.699. No tenía otro instrumento que presentar, ni tenía que contradecir más que el ser poseedor de buena fe, según cons taba del dicho documento de venta.

Estaba presto a desembarazar ese pedazo de tierra, luego que el Gobernador Ferreira de Almeida con quien debía de hacer juicio, le devolviese la cantidad que le había pagado, con más las mejoras de casas, cañaverales de caña dulce y aguas sacadas para riego. A ese efecto pidió al corregidor le volviese la referida escritura de venta, para compeler al citado Gobernador al pago de esas cantidades. Por último manifestó Galindo Araque, que no había inquietado a los naturales y no contradecía la posesión a los indios, la cual le fue dada por el Corregidor en ese mismo acto.

Fueron luego a las casas de Juan de Porras Moreno Matajudíos, quien dijo no contrade cía por no tener títulos, quien los tenía era Bernardino Ramírez que lo había puesto allí. Tampoco hizo contradicción Josefa de Portes, otra de las notificadas, por no tener títu los de mejor derecho.

Pasaron después a las casas de Catalina Sánchez y Marcela Sánchez, quienes manifesta ron presentarían sus títulos a ver si eran más antiguos, y lo alegarían por escrito. Igual respuesta dio Baltazar de Fontiveros, otro de los ocupantes, al ser notificado.

El 6 de agosto fueron a las casas que dijeron ser de Bartolomé Porras Moreno Mataju díos, y no lo hallaron. El Corregidor les dio posesión jurídica a los indios, como lo había hecho en todas las demás partes. Por último, al día siguiente pasaron al sitio que llama ban de los Puentes, a la casa de Juan de Colmenares, que estaba en el lindero de los Res guardos y tenía dentro de ellos una labranza. Se le dio posesión a los indios y se notificó a Colmenares desembarazarse los Resguardos, y no tuviese allí ninguna labor ni semen tera.

Esas posesiones parciales se las ratificaba el Corregidor a los indios en un acto general cumplido el 8 de agosto (1699) en el pueblo de Guásimos. Ese Día daba la posesión jurídica de todos los Resguardos, al Cacique don Cristóbal, al Gobernador Don Mateo, al Capitán Don Marcos, a los Alcaldes y demás indios del pueblo. Todos dijeron estar satisfechos y en posesión de sus resguardos.

Se formalizan las oposiciones

Un mes más tarde formalizaban su oposición ante el corregidor, Doña Leonor Guerrero de Librillos, Doña Andrea Ramírez de Urbina, el Alférez Francisco Ramírez de Arella no, por sí y sus hermanos, Baltazar Ontiveros y Juan de Colmenares. En un largo ale gato, los opositores rechazaban la posesión dada a los indios en las tierras que po seían y habían poseído sus antepasados, quieta y pacíficamente.
Basaban su contradicción fundamentalmente, en que los Resguardos fijados inicialmen te a los indios de Guásimos por el Visitador Saavedra, habían sido reducidos y modifi cados por el Visitador Carrasquilla Maldonado, y esta nueva situación la confirmó luego el Visitador Baños y Sotomayor. La modificación y fijación de los nuevos linderos, de bía parar en el oficio del Escribano de la Villa Rodrigo Zapata, o de quien lo sustituyera. De todos modos estaba patente esa resolución en las compensaciones de tierras hechas a los vecinos españoles por esos Visitadores..
La disminución y acortamiento de los Resguardos de Guásimos se había hecho por esos dos últimos Visitadores, en vista del gran menoscabo de naturales en ese pueblo por cuya causa no necesitaban tanta tierra. La cantidad de indios en el pueblo de Gusimos es ahora mucho menor y por tanto no requerían de más tierra, pues aún las que poseían actualmente las tenían en su mayor parte sin cultivar. En resumen, además de contradecir la posesión dada a los indios, solicitaban la ampliación del término para ocurrir a la Audiencia a deducir sus derechos, como lo tenían pedido.

Un Auto del Corregidor del 8 de septiembre admitía las contradicciones hechas, sin per juicio de lo mandado por despacho del Oidor Merlo de la Fuente, y concedía el término solicitado que se contaría desde el día en que fueron citados.

El informe de Fray Pedro de Bonilla Moscoso.

El Cura Doctrinero de Guásimos Fray Nicolás Pedroso Castañeda. Después de cumplir su misión allí había sido trasladado a otro lugar..Su puesto había sido ocupado por el Padre Presentado y Maestro Fray Pedro de Bonilla Moscoso., también de la Orden Agustina.

El Padre Bonilla era un fervoroso Sacerdote, ardiente defensor de los indígenas, que tenía un carácter apasionado e impetuosos que le hacía chocar con todos. En 1682 había estado de Cura Doctrinero de Guásimos por corto tiempo, pero su radical y vehemente actitud con el grupo dirigente de la Villa y en especial sus pleitos con los encomenderos y con el mismo Superior Agustino, obligaron a cambiarlo a los 4 meses de actuación. En esa misma oportunidad tuvo serias diferencias con su primo, el Cura y Vicario de la Villa de San Cristóbal, Pbro. Maestro Francisco Martínez de Espinosa, lo cual coadyuvó a sus pronto alejamiento. Más tarde volverá a hacerse presente ese disentimiento entre los dos sacerdotes, con características más pugnaces. Cuando llega de Doctrinero el Pa dre Bonilla al Pueblo de Guásimos, a finales de 1699, nada había cambiado en su carác ter ni mucho menos en la situación social de aquella región.

Ya posesionado de su cargo de Doctrinero el Padre Bonilla informaba a la Audiencia, se gún los deseos de este cuerpo, sobre la situación en Guásimos y el amparo de sus Res guardos. En su larga comunicación de 16 de noviembre de ese año 99, no solo hacía una ardorosa y dolida defensa de los indios, sino que también se prodigaba en apasionados términos que hacía aminorar su credibilidad. Atacaba a todos los vecinos de la Villa, a las Justicias, al Cura, a sus compañeros religiosos y a sus prelados. No se salvaba nadie de sus acusaciones. En algunos de sus planteamientos tenía sobrada razón, pero en otros se advertía una exagerada pasión. Aunque siempre revestida de un deseo de justicia para los indios.

Un detalle extremadamente interesante y que vale la pena remarcar, es la denominación que en esa y otras dos comunicaciones daba a la Villa, a la Cual llamaba Villa de San Se bastián y San Cristóbal.

Comenzaba por declarar que solo obedecía los mandatos de la Audiencia, que le había pedido informe sobre los resultados sobre las Reales Provisiones de 1698 y las anterio res del 82 y 83, que se habían dictado para sacar a los indios de la opresión y servi dumbre en que se hallaban, y darles la posesión de sus Resguardos.
Se refería luego, a la confabulación que tuvieron los “vecinos de esta Villa de San Sebas tián y San Cristóbal”, para matar al Corregidor y al Cura Doctrinero cuando salieron a dar posesión de los Resguardos. Una noticia que era evidentemente exagerada, pues nin gún indicio de esto aparecía en el resto del expediente, incluso en las declaraciones del Fiscal Protector de los indios y de los mismos Doctrinero y Corregidor. Hablaba después de la excomunión que pronunciara contra el Corregidor y el Doctrinero, el Cura y Vicario dela Villa, Pbro. Maestro Francisco Martínez de Espinosa, su primo, de quien afirmaba haber tomado la causa por sí y todos los demás vecinos. Aquí también exageraba el fraile, pues el excomulgado fue solo el Corregidor y eso por tres días, como éste mismo lo declaraba a la Audiencia.
En la continuación de su informe decía el fraile Bonilla, que por la tumultuación señala da en el primer amparo, los indios de Guásimos ocurrieron de nuevo a Santa Fe y tra jeron los recaudos necesarios para la debida ejecución de amparo y cobro de las conde naciones a los vecinos. Pero esto no pudo realizarse, “pues se ahuyentó el Corregidor con los despachos y está en la jurisdicción de Pamplona, huyendo temeroso de que lo metan en la Cárcel y aprisionen estas Justicias de dicha Villa, especialmente un Alcalde Ordinario de ella llamado Miguel Joseph de Cárdenas quien poco advertido en esa cor tesía, y vive como vecino que es en esta Villa, ha prometido cargarlo con grillos sin mi rar que no tiene jurisdicción en el Corregidor, indios, ni Doctrineros y que tiene amparo del Gobernador de Maracaibo”. El nombrado Miguel Joseph Cárdenas había sido Alcal de Ordinario en el año 98, pero se hacía aparecer como si fuera en ese mismo año de la carta.

El Padre Bonilla reclamaba a la Audiencia , que debía ponerse remedio a tantos absur dos e ignorancia, al poco respeto y ninguna obediencia a los Reales Decretos y Reales Cédulas que protegían y amparaban a los pobres indios. Debía dárseles entero cumpli miento , para que no encarcelaran a los indios no vinieran a sus pueblos a llevarlos a guerras y otras funciones, sin pagarles su trabajo como estaba mandado.
Allá en la Villa todo esto se quebrantaba: los metían en la Cárcel, los sacaban escuadro nados del pueblo y los llevaban engañados a la Villa, los echaban a la precesión de Corpus uno detrás de otro, no les pagaban su trabajo, y les cortaban los cabellos, poniendo los en Picota cuando reclamaban.

En un domingo de ese mes de noviembre, decía el Padre Bonilla, el dicho Alcalde con vocó a los vecinos de la Villa para criticar la posesión dada a los indios de sus Resguar dos, diciendo, entre otras cosas, que eran pocos los indios para tantas tierras que les ha bían fijado. Se olvidaba, replicaba el Padre Bonilla, que además de los cultivos los in dios tenían sus ganados y necesitaban tierras para sus pastos. A esto se sumaba tener a llí dos hatos, “ el uno de la Cofradía del Santísimo y el otro de la Patrona de este pueblo que es la Señora de la Limpia Concepción”, que mermaban las tierras aprovechables.

En Guásimos habían muchos pueblos de naturales juntos, y cada una necesitaba por se parado su parte de tierra. Fuera de que los vecinos españoles no tenían títulos ni compo siciones para poseer las tierras de los Resguardos, que mantenían usurpados a los indios. Se habían introducido allí, por permisión de los indios o por la violencia que ejercían los moradores de la Villa.

Por causa de las desposesión de sus tierras y la opresión que ejercían sobre ellos los en comenderos y demás vecinos, muchos naturales andaban huidos de su pueblo. Otros pa raban en poder de diversas personas, que los retenían contra todo derecho, y les hacían prestar servicios personales. Cundo en el año 82 estuvo de Doctrinero en Guásimos por tres meses y veinte días, decía el Cura Bonilla, recogió bastantes indios realengos, y el pueblo tenía 400 almas, en cambio hoy solo hay 230 contando los ausentes, cuando de berían ser más de mil.

Uno de los encomenderos que cometía más abusos y tiranías con los indios de Guási mos, era el Capitán Rodrigo de Almeyda, Gobernador que había sido de San Faustino. Tenía a su servicio fuera de aquel pueblo seis piezas de indios, hacía más de tres años; otra familia de esos naturales, tenía en su hato, a una legua del pueblo de Capacho; y u na familia de cinco piezas y un muchacho suelto en su trapiche de Peribeca.

Todo ello, continuaba en doctrinero, “prohibido por nuestras Reales Cédulas, Ordenan zas y Reales Provisiones, que por no venir Jueces de ese Reino no tienen su debida eje cución, en perjuicio de Vuestros Reales haberes y daño común de estos indios Vuestros Vasallos, que son humildes, leales, devotos y sin ningún apremio para el culto Divino. Pues sin haber cosa que hayan dado tantos encomenderos a la Iglesia como deben dar se gún Sínodo, estos indios la tienen fomentando”.

La faltas de las alhajas precisas en esa Iglesia de Guásimos, no era debido a los indios si no a los encomenderos, que no las habían querido dar ni arreglarse a los mandatos de la Audiencia, ni tampoco obedecer a la Santa Madre Iglesia. ello provenía y dimanaba, al decir del Cura Bonilla, “de que los doctrineros no tienen fomento de los Prelados, pues por tenerlos a su gusto los encomenderos y vecinos, hacen que los Prelados los muden y conserven los inútiles y se unen con ellos, como me sucedió a mi en el ochenta y tres porque los amparaba como ahora, y quedando sin Pastor y viniendo Mercenario, se hu yeron los más principales y muriendo con muchos otros en la montaña y otras partes, sin confesión y sin sepultura sagrada.”

En definitiva el Padre Bonilla suplicaba a la Audiencia que sirviese exhortar al Arzobis po y a los Prelados de su Religión se sirviesen ayudar y amparar la causa Real para que todo fuese en servicio de Dios.

En otra carta de ese mismo día al presidente de la Audiencia y Gobernador y Capitán Ge neral, Fray Pedro de Bonilla Moscoso, que se titulaba Vice Prefecto de Misiones, reitera ba sus recriminaciones y admoniciones. “Habiendo llegado, decía, a este pueblo de Guá simos de la Gobernación de Maracaibo (con tanta repugnancia mía) hallé a estos indios muy afligidos por las persecuciones comunes, así de las Justicias como de los morado res de esta Villa de San Sebastián y San Cristóbal, comunes enemigos de ellos como de que haya pueblo, Cura, y Corregidor, especialmente los encomenderos”

Volvía a acusar a los encomenderos especial a Rodrigo de Almeyda, por las tropelías y desafueros que cometían. Remarcaba que eso era un caso común, pues “así son todos los de estos países”. “Porque como los Curas no son como de los que han de ser para Pastores, ni menos tienen amparo de quien los debe fomentar, así están los indios. De ello culpaba a los Provinciales de su Religión, por la facilidad en que mudaban a los Cu ras Doctrineros que sí servían para ese santo ministerio. Así le había pasado a él en Guá simos el año de 82, cuando por influjo de los encomenderos lo cambiaron a los tres me ses y veinte días de estar allí haciendo su labor.

Más acusaciones del fraile Bonilla

En otro escrito que presentaba al Corregidor Sebastián Diaz Bermúdez

El 24 de enero de l700, Fray Pedro de Bonilla dejaba constancia de otras acusaciones. Una, que estaba ordenado el que los indios no fuesen a guerras, ni abrir caminos, pes querías y hacer cercas de toros, sin ser pagados con el salario que estaba asignado nueva mente en el Reino, así como el suministro de herramientas y las comidas en todas esas funciones. Según las noticias recibidas por el fraile. Esto no se había cumplido en las correrías hechas contra los indios chinatos, a las cuales llevaron indios del pueblo de Guásimos.

Ni tampoco se habían obedecido estas normas recientemente, cuando fueron llevados naturales de Guásimos a hacer ciertas obras en la Villa.”Pues en la Cerca de Toros de este presente año, por tres días de sumo trabajo se les dio una arroba de carne para once indios, y un medio real de paga por cada día, sin otra cosa de comida ni bastimento”

Aparte de la injusticia con los indios esto significaba, y debemos hacerlo notar, que en ese tiempo se acostumbraba celebrar el día del Patrono San Sebastián con corrida de to ros, para lo cual eran esas “Cercas de Toros” a que eran llevados los indios.

La otra denuncia iba directamente contra el corregidor. aun cuando estaba mandado por la real provisión de la audiencia, decía el fraile, que se amparase a los indios en sus resguardos, esto no se había cumplido. pues estaban “todos los vecinos de este pueblo actualmente dentro de los linderos, sin que hasta hoy en día haya salido alguno y dejado las casas que tienen fundadas, viviendo en las tierras de los indios como siempre han vivido, sin gozar de la pacífica quietud en que los ampara el rey nuestro señor, que dios guarde, antes bien los están molestando de muchas maneras, que su tiempo y cuando venga juez competente y visitador general, representarán y alegarán”.

A este escrito del Doctrinero Fray Pedro de Bonilla, el Corregidor respondía secamente en Auto de ese mismo día. Rebatía las afirmaciones del Fraile sobre los Resguardos, pe ro a la vez se decidía a enviar los Autos a la Audiencia, que a ese momento no lo había hecho. Había dado, decía, la posesión jurídica de sus Resguardos a los indios el 8 de a gosto del pasado año 1699, como constaba de los Autos. Aunque algunos vecinos esta ban todavía debajo de esa posesión, era con licencia y consentimiento de los naturales de ese pueblo. Con excepción de Doña Leonor Guerrero de Librillos, de Dona Andrea Ramìrez de Urbina y del Alférez Francisco Ramírez de Arellano, quienes habían con tradicho esa posesión y remitidos sus instrumentos al Juez General de Tierras, y su po der al Procurador Don Diego de Rojas y Vargas para que los representara.

Disponía así mismo el Corregidor, entregar todos los Autos que tenía en su poder al Ca cique Don Cristóbal y a Don Mateo Gobernador y Teniente de dicho pueblo, para su re misión ala Juez General de Tierras. Acompañaba también una descripción y lista de to dos los naturales de Guásimos, que había echo el 9 de enero de ese año 1700 con asistencia del Doctrinero.

En total eran 324 indios, entre hombres mujeres y niños, incluidos 65 ausentes y reserva dos, los cuales se discriminaban en la siguiente encomiendas: Encomienda de los pue blos de Táriba, Tote y Simaraca, la parcialidad más numerosa, y la única que tenía Caci que. Estaba bajo la administración del Capitán Rodrigo Faereira de Almeyda, y contaba con 216 naturales, de los cuales había 39 ausentes y reservados.
Encomienda de Teucara, de Dona Andrea Ramírez de Urbina, con 28 indios.

Encomienda de Cania y Peribeca, de Juan Santiago de Santander, con 45 indígenas, de los cuales había 14 entre ausentes y reservados.

Encomienda de Tamuco, estaba vaca y contaba con 10 personas, de los cuales 4 esta ban ausentes.

Encomienda de Oriquena, no tenía ningún indio, porque el único que quedaba se había muerto.

Encomienda de Tucape, estaba vaca y sólo tenía 4 indios, que estaban ausentes. Encomienda de Azua, también estaba vaca, y contaba con 12 personas.

Como se podía advertir, la disminución de los indígenas era considerable, aunque no tanto como lo pintaban los vecinos ocupantes. Sin embargo, no era sólo el menor número de naturales que había en Guásimos, sino que ya no existían varias de las parcialidades que habían sido agregadas en la fundación del pueblo por el Visitador Saavedra y luego por el Visitador Carrasquilla Maldonado. Ya no se nombraban en dicha descripción de 1700 por haberse acabado, pueblos como el Oriquena y los pueblos Indios de Quinima rá, Barbillas, Sirgará, Lobatera, Tononó, Chururí, Caconabeca, Tana, Casabata. Barjue las. Habían desaparecido en el transcurso de esos 73 años de existencia del pueblo de Guásimos.

Junto con la aludida lista de los indígenas, El Padre Fray Pedro de Bonilla, enviaba también una carta al juez privativo de Tierras e indios. Como siempre, el fraile ponía su nota ácida contra los vecinos españoles de la Villa y las Justicias:”Señor, decía, sólo represento las inobediencias que los vecinos y Justicias han puesto, sobre no dejar a los indios en sus Resguardos. Remito esa Descripción de este año, auténtica, de 324 piezas que hay, para que no prevalezca informe siniestro alguna, como acostumbraban esos moradores.

El pleito va a la Audiencia y entre replicas y contra replicas, entre juicios y amparos, en tre procuradores, jueces y fiscales, en auto de 29 de mayo de 1700, el Juez General de Tierras Oidor Isunza Eguiluz, acoge una propuesta que perjudica a los indios que ya te nían la posesión, daba marcha atrás a sus reclamaciones. A pesar de los alegatos y ar gumentación de la ardorosa defensa de Fray Pedro de Bonilla Moscoso, Fiscales, de los indios y demás defensores, el primero de septiembre de ese año el Juez ratificaba la decisión y ordenó se cumpliese lo proveído. No podemos conocer si los indios alcanza ron a recuperar la totalidad de sus Resguardos, que al juzgar por los antecedentes y de más acontecimientos anteriores, difícilmente lo pudieron lograr.


EVELIO VARELA

domingo, septiembre 19, 2010

Manifestaciones Culturales de Guásimos: Elaboración del "Miche Claro" en la Comunidad Santa Filomena.



Visita de los Activadores Culturales y Comunicadores Populares Armando Durán y Antonio Melgarejo a la casa de la Familia Castro Sáchez en el sector Santa Filomena. Promoción y Multiplicación de nuestra memoria local.

Historias Locales del Municipio Guásimos: Calle Los Alegres

Reseña Histórica de “Calle Los Alegres”

Un 24 de Julio de 1.964, comienza la historia del nombre “Los Alegres”, cuando un grupo de muchachos de pantalón corto y que solían reunirse, dialogar, jugar y compartir travesuras, de pronto decidieron dirigirse hacia el seminario Santo Tomás de Aquino para realizar un partido de fútbol; durante la practica llovió y los muchachos se llenaron de barro por lo que decidieron bañarse en la piscina aprovechando que no habían actividades escolares, y cual sería la sorpresa que estando en el disfrute del baño, se vieron rodeados por las autoridades del Seminario y la Policía de Palmira, algunos lograron escapar y otros fueron detenidos, entre estos se encontraban Rafael y Arturo Ramírez, Oger y Raúl Roa, Jesús Omaña, Sixto Guerrero, Homero Manrique, Marino Porras y otros que se nos escapan, los cuales fueron liberados por intermedio de algunas amistades.

Luego se encontraron en la calle 2 con carrera 2 y formaron una algarabía y comentaron a otros la odisea que habían tenido, uno de ellos propuso colocarle un nombre a la cuadra y de la alegría que los acompañaba en ese momento, fue el motivo para que alguien del grupo gritara: “¡Los Alegres!”, y desde ese día lleva el nombre de: “Calle Los Alegres”.

Más adelante por las vísperas del mes de diciembre éste grupo de muchachos conformaron un conjunto de aguinaldos, instrumentos rústicos elaborados por ellos mismos como: Tobos y Taburetes para los tambores, latas y botellas para la charrasca y otros más.

Con la colaboración de un grupo de vecinos y el avala de la Junta Comunal se logró en cementar una pista de baile en la carrera 2 para formar las parrandas del 31 de Diciembre con el conjunto gaitero y un radio pickup, desde entonces no falta el popular baile de la cuadra.

En sus comienzos la misa del 31 de Diciembre estaba a cargo de la Línea de Autos Por Puesto “Palmira” pero con el paso del tiempo éste compromiso fue decayendo, no le dieron la importancia que ameritaba, por lo que se tomó la iniciativa de trabajar conjuntamente y darle auge a esta festividad. Actualmente la responsabilidad la tiene el sector “Los Alegres”, y se ha mantenido en el sitial que está en este momento gracias a todos los habitantes de éste bello sector.

Recordamos que muchos de los pioneros de estas fiestas decembrina están gozando del descanso eterno, y dejaron como legado el compromiso de mantener el primer lugar en los eventos que se realizan, tanto religiosos como en el rescate de costumbres y tradiciones folklóricas.

Éxitos para las capitanías y cuenten siempre con el apoyo que la gran mayoría del sector les brinda.

En cierta ocasión me acerque a la Quincallería que atiende con mucha atención y simpatía la Sra. Anita Ramírez en la calle 2 de Palmira entre carreras 2 y 3, y le pregunte si sabía algo del porque la calle los alegres( sector donde está ubicada la quincalla) llevaba ese nombre, me quedé sorprendido cuando ella me respondió que sabía mucho, pues sus hermanos habían sido protagonistas de ese suceso, pero, que prefería no hablar del asunto, aunque si podía hacerme llegar un escrito que se había publicado sobre la calle los Alegres. Ciertamente, ese escrito es el mismo que Uds. acaban de leer.

Esta Historia fué facilitada por la Sra. Ana (Anita) Ramírez

Fotografía: Palmira Ayer y Hoy


Vía al Cementerio desde la calle 4 cruce con carrera 5.
Año 1.948 (Peter Tveskov)




Vía al Cementerio desde la calle 4 cruce con carrera 5.
Año 2.007 (Armando Durán)

Historias Locales del Municipio Guásimos: Capitanía del Sector Los Alegres


El Sector los Alegres ubicado al pie del cerro La MANTELLINA fiel visionario del querido terruño el cual inspira con su bello verdor y el canto de avecillas que llenan de emoción su fresca neblina que cobija a los pobladores del sector, se encuentra en el centro del MUNICIPIO GUASIMOS capital Palmira, y siente la grata compañía de estar limitado por el NORTE con el Sector Gramalote , ESTE con el sector Cementerio SUR con el sector San Pedro OESTE con el sector San Benito específicamente entre las calles 1 y 4 y carreras 1 y 5 cuenta con una población aproximada de 1200 habitantes. Una temperatura media anual: 18 y 20º C CLIMA se registra dos topologías climáticas tropical lluvioso, frió o altura de sabana ALTITUD a nivel capital 1.100 msnm.

Como todos los pueblos Palmira con su historia de otrora, trae a la mente recuerdos imperecederos, pues el tiempo no ha podido borrar, ya que están latentes en sus calles, carreras personajes y hechos, evocando las tradicionales fiestas navideñas las cuales se iniciaron el los años 60, cuyos encargados eran los dueños de los carritos por Puesto Palmira con el paso de los años se fueron incorporando varios vecinos de la Comunidad, se realizaban caravanas donde participaba la línea Palmira y vecinos con sus carros, y la quema de morteros que nunca faltaba.

Con el transcurrir del tiempo se empezó a adornar carros con palmas, flores, papel de variados colores, donde participaban niños, jóvenes y adultos vestidos de campesinos y diversos disfraces donde se destacaban los de diablo. Después del paseo por las calles del pueblo en horas de la tarde se realizaban los concursos del palo encebado, carrera de encostalados, el cochino encebado, y se finalizaba con la quema de pólvora y del año viejo. Al que se le leía el testamento que era muy esperado por todos los vecinos donde se dedicaban versos picantes a las personas mas populares de la comunidad.

EL SECTOR LOS ALEGRES tiene el hermoso compromiso de despedir el año con la eucaristía de media noche realizar una de las mejores fiestas decembrinas legado que dejo Rafael Ramírez (el flaco) que durante mucho tiempo organizo esta festividad con la colaboración y aporte económico de vecinos y amigos de otros sectores. Así mismo por las vísperas del mes de diciembre los muchachos conformaban el conjunto de aguinaldo y villancicos con instrumentos rústicos elaborados por ellos mismos. Con la colaboración de los vecinos y el aval de la Junta Comunal se elaboró una pista de baile o templete con 3.000,oo bs. Que se recogieron entre los vecinos en la carrera 2 para formar las parrandas el 31 de Diciembre con un conjunto de gaitas y un radio pickup hasta el amanecer fiesta que se prolongaba el 1º de Enero especialmente para los niños y niñas donde participaban en carrera libre, carrera de encostalados, patines, bicicleta, palo encebado gincana y otros juegos tradicionales y folklóricos, a los competidores se les premiaba entre otros con puyas (centavos) que el Señor Onesimo Chacón vecino de la cuadra lanzaba al aire. Muchos recuerdan apostar a los aguinaldos que se realizaba en parejas ó más personas entre estos: el beso robado, hablar y no contestar, el sí y el no, estatua, pajita en boca, el tiento, híncate katti, como también patinar en las madrugadas antes y después de la celebración de la misa.

Esta tradición aún se mantiene a través de manifestaciones de solidaridad, alegría que conlleva a demostrarlo en: caravanas, paseos, comparsas, quema de pólvora, reparto de caramelos, programas, bebidas típicas, carrozas, música con bandas, disfraz, lectura de testamento, quema del año viejo y la retreta que marca el tono final a la actividad que se desarrolla de 7 a 9 de la noche.

Por ser el Sector Los Alegres el centro del Pueblo de Palmira se convierte en el lugar de recepción de todas las capitanía, que comparten la tradición de celebrar las misas de aguinaldo a los que recibimos con los brazos abiertos igualmente, tanto a propios como visitantes.

Se desea con cariño que permanezca ese interés de progreso y entusiasmo en sus habitantes, dejando en sus manos este recuento histórico DE LA CAPITANIA DEL SECTOR LOS ALEGRES, como homenaje a los que fueron y son sus protagonistas.




Recopilado por:
Carmen Alicia Chacón
Crisálida Porras
Ana Ramírez
Sras. habitantes del Sector Los Alegres

En Diciembre del 2007

Poesía: Qué deseas Palmira?

Altiva Villa de ensueños
antigua estirpe del indio,
antigua especie de Guásimos
Iluminada por un gran designio.
Rurales sitios de paz,
altivos prados risueños
aldeas de grato solaz...
con esperanzas y sueños.
¿Qué deseas hacer Palmira
con tus boscajes de piedra?
con tus encajes de niebla?
con la empinada Mantellina?
Muchas escuelas campesinas
cercadas de piedras finas,
digna estatua en la pradera
para quien la mereciera.
Muchos faros de mil bombillas......
Parque Nacional para reforestar;
y ver correr cristalinas las aguas del manantial,
una manada de ardillas y un refugio de avecillas.
Un lugar acogedor muy hermoso y cordial,
con parajes de disfrute para descansar…
¡ turistas y coterráneos que lo puedan visitar!...

¡ARRIBA EN LA MANTELLINA AIROSA Y
PRIMAVERAL.!!!

En la congestionada entrada principal
o sea en la calle primera,
una digna Avenida formal
con árboles, luces, grama y palmera.
Mereces un monumento
mereces un relicario,
forjado en luz de Sorrento
mereces hasta un Santuario.
Falta un Liceo en Patiecitos,
atención a la cultura en un grado infinito,
fortaleciendo el gentilicio de los grandes y chiquitos.
Casa de la Cultura la manejan dos o tres
ya se han hecho vitalicios
desde el 18-04 del ochenta y seis,
se desean innovaciones que eleven el gentilicio.
Una Escuela Técnica en Caneyes
para los adolescentes,
con la Bandera y las Leyes
y sus pasos siempre al frente.
Y la pujante juventud ansía
una ilustre Universidad,
para representar nuestra gallarda hidalguía,
con esmero y una gran capacidad.
Gentilicio muy sonoro...
mereces grabarte en oro,
mereces canten mil coros
muchos turpiales canoros.
Ojalá y te dirigieran
con capacidad y tesón,
para que te construyeran
dignas vías de comunicación.
Que sean personas conscientes
para que te hagan prosperar,
necesitas dignos dirigentes

¡QUE TE AMEN Y TE HAGAN PROGRESAR. !!!

Estos son versos que brotan del alma,
y no protestas que aluden a nadie,
es PALMIRA que espera con calma...
¡ un sitial de grandeza y donaire.!!!.



Crisálida Porras…
Diciembre 2003

Nuestra Gente: José Emilio Delgado, Artesano y Presidente de la Asociación "Civil Artesanos del Abejal de Palmira".



Expectativas de l@s Artesan@s del Municipio Guásimos sobre el Centro Artesanal Cultural el Abejal.

El centro Artesanal traerá muchos beneficios a los artesanos productores de nuestro Municipio, quienes siempre hemos estado «veredas adentro» a veces olvidados, a veces tomados en cuenta, realizando a diario el trabajo de la cestería a bajos costos para que algunas personas que tienen sus ventas en el corredor turístico, es decir los artesanos comerciantes, las vendan a precios de su conveniencia, pero, por fin nosotros, los productores tendremos locales para ofrecer directamente a quienes demanden nuestra artesanía. Como artesano y como presidente de la Asociación Civil Artesanos del Abejal, estoy muy vigilante, atento y comprometido porque quienes aspiren vender dentro del Centro Artesanal Cultural el Abejal, Municipio Guásimos, sean netamente artesanos productores (los que siempre han estado y están necesitando muchas cosas para mejor su calidad de vida). Tengo plena confianza en el trabajo que los artesanos venimos realizando en mancomunidad con la Alcaldía del Municipio Guásimos para que próximamente nuestro Centro Artesanal Cultural el Abejal, Municipio Guásimos sea inaugurado y sirva no solo como centro de comercio para setenta y tres (73) artesanos, sino que también cumplamos con otros objetivos del proyecto como lo son la puesta en marcha del taller-escuela para impartir clases a niños del Municipio y de todos los Municipios del Táchira que quieran aprender el oficio de la artesanía y desde luego nosotros comprometernos a multiplicar este conocimiento, para que la tradición no se pierda y siga formando parte del legado cultural municipal para nuestros hijos, nietos y generaciones futuras. Otro objetivo o cosas que viene a ofrecer nuestro centro artesanal es contar con el museo de los artesanos, una gran idea para mostrar al pueblo y turistas parte del trabajo realizado por todos los artesanos pioneros en el trabajo de la cestería.

Anhelo que la participación de los artesanos sea masiva, que al momento de la inauguración del centro artesanal, nos unamos para consolidar este gran sueño comunitario, es momento de dejar a un lado las diferencias y de trabajar más duro por el bienestar de la comunidad artesana de Guásimos. Se de muchos artesanos comerciantes que no están de acuerdo con este proyecto y de paso que no esté en manos de nosotros los artesanos productores, pues manifiestan que sus ventas instaladas a lo largo ya ancho del corredor turístico bajarán, pero yo les respondo que todos tenemos derecho de vender y ofrecer la artesanía, solo que ahora estaremos en igualdad de condiciones para hacerlo, ahora sabremos quienes en verdad son comerciantes y quienes productores. Finalmente doy gracias al Alcalde del Municipio Dr. Evaristo Zambrano y esposa, a todo el equipo de la Alcaldía de Guásimos, a mi familia y a todos los compañeros artesanos que me han dado apoyo moral y técnico para seguir adelante con la Asociación Civil Artesanos del Abejal y con la consolidación de este sueño comunitario como lo es la inauguración y puesta en marcha del Centro Artesanal Cultural el Abejal, Municipio Guásimos.

Diciembre 2.008

Nuestra gente: José Castillo,Vendedor de Periódicos y Kioskero de Palmira, Municipio Guásimos



JP: Cuéntenos Sr. Castillo desde que año vende Ud. Periódicos aquí en Palmira?

AC: Empecé en el año 83 a vender periódicos en este Kiosco (ubicado en las inmediaciones de la Plaza Bolívar de Palmira), aunque ya en la época de más muchacho yo vendí los primeros periódicos que hubieron en el Táchira llamados Centinela y Vanguardia. En esa época, por los años 60 hubo una famosa librería aquí llamada “Tíuna” donde se vendían los periódicos de Caracas, entre esos el muy famoso “Diario Esfera” que salió de circulación, entre otros que sufrieron la misma suerte, por lo menos uno del Zulia llamado “Crítica”, incluso de aquí mismo del Táchira el “Diario el Sol”, “el Diario Pueblo” ,vale la pena decir que actualmente existen en la región tres periódico que yo los vendo aquí, el más viejo de todos que es el “Diario Católico”, después está “Diario La Nación” y “Diario de Los Andes” aunque no es propio de aquí del Táchira, pero, hay una distribución para acá, vamos a llamarlo así, o hacen una distribución dedicada al Táchira. De tal manera que llevó aquí 26 años, hemos empezado poco a poco, hemos ido progresando con sus pro y sus contras, pero de todas maneras aquí vamos como dice el dicho “al pie del cañón”.

JP: Por qué se llama Monte Nebo el Kiosco?

AC: Monte Nebo se llama porque yo cuando lo adquirí tenía ese nombre y nunca se lo quise cambiar, aunque en un principio pensé hacerlo y ponerle el mango, porque estamos en el mango, prácticamente al lado del mago, pero, como ya tenía ese, yo dije vamos ha dejalo ahí, que ese es el nombre que tuvo desde su primera dueña, y pues, yo le pregunte a ella el por qué de ese nombre y me dijo que se debía a que un hijo de ella poseía una finca en Costa Rica llamada Monte Nebo. Pero, claro, en sí el propio nombre Monte Nebo es donde le dieron las tablas a Moisés, ese es el famoso Monte Nebo, es un nombre Bíblico, yo inclusive le pregunté al obispo del ordinariato militar Monseñor Sánchez Porras, se lo escuché a él mismo, y fue él, el que me dijo, él fue, el que me explicó, de dónde provenía Monte Nebo, qué era, fue él, el que me contó que allí es donde le entregaron las tablas a Moisés, las tablas de la Ley que llaman.

JP: Desde que hora abre el Kiosco?

AC: Desde hace tiempo hubo que cambiar el horario por la inseguridad que ha habido aquí en Palmira, anteriormente yo llegaba aquí a las cuatro de la mañana, aquí habían pocas Unidades de Transportes y yo llegaba y les vendía el cafecito, pero como todo se ha ido modificando ya hay más servicio de transporte, pero cuando yo llegué aquí no había sino puramente, más que todo autobuses, pero esos ya salieron de circulación, ahora yo abro antes de las seis de la mañana y normalmente cierro a la 1 de la tarde, a veces antes, porque yo con lo que más trabajo es con periódicos. Recién empecé la venta yo llegué a recibir periódicos a las dos de la mañana , pero como todo ha cambiado uno no depende de la empresa en sí, sino de lo que llaman distribuidores o concesionarios, y pues, a raíz de eso el periódico ha ido llegando tarde también y muchas veces los mismo distribuidores los han entregado por la inseguridad que hay, motivado a eso se ha modificado todo.

JP: Además de Periódico que otras cosas vende en el Kiosco?

AC: Cafecito, lo que llaman chucherías, caramelitos poray pa' los muchachos y en las temporadas “por lo menos el Futbol”, en la temporada del mundial de Futbol tengo una distribución buena de cromos, me ha ido bastante bien. Revistas también se venden, hay momentos de fiebre en las jóvenes, por ejemplo cuando la famosa “Revista Rebelde”, también se vendió bastante la llamada “Floricienta” y la revista “Tú” que son las que más busca la juventud, más que todo las jóvenes.


JP: Qué nos puede contar con respecto a la Evolución de la Plaza Bolívar de Palmira?

AC: Yo me recuerdo que anteriormente en la Plaza Bolívar de Palmira flores era lo que había, las famosas Alias. Alcanzo recordar tando muchacho cuando hicieron la estatua del Libertador, porque aquí lo que había era un busto que está en Toituna y ahí en el centro donde está actualmente la estatua, pues ahí había un Samán, ese lo quitaron para poner la estatua. Palmira ha sido muy famosa por las nombradas metras que habían en la época de las famosas jaboncillos, esas eran las metras con que nosotros jugábamos para esa época, también recuerdo que aquí frente a lo que es la prefectura (calle 3) y donde está actualmente la Farmacia (Mikel) existían unos árboles frutales un naranjo agrio, un naranjo dulce, Palmira ha sido muy famosa también por sus almendras, tienen años, aunque las han ido marchitando mucho, quizás porque ponen o no buscan una persona adecuada para que les haga su debido mantenimiento, porque eso necesita mantenimiento, pero tiene que ser una persona que conozca, claro, porque esos árboles son muy viejos, y eso no vuelve más nunca a ser igual que antes .

JP: Y del Santo del pueblo que nos dice?

AC: Se comenta de una aparición de la Virgen en Toituna, la famosa virgen de la montaña, inclusive hubo un tiempo que quisieron traerla para acá para Palmira, y dice la leyenda, la historia, que volvió aparecer allá en su tierra, en Toituna, y bueno como nuestra parroquia, digamos, la administran los Agustinos ellos rinden un
homenaje a San Agatón y ese es el santo del pueblo.

JP: Qué recuerda haber escuchado o que le han dicho sobre los Indios Guásimos?

AC: Aquí nunca existieron indios propiamente, aquí los trajeron y después fue que poblaron, pero, indio nato de aquí, no. Guásimos es un árbol, lo que pasa es que después cuando ya hicieron la población de Palmira, trajeron indios, vinieron Indios de Táriba, La Grita y creo que de Lobatera, pero originales de Guásimos, nunca hubieron indios. Como le digo puramente arboles, y muy famosos por ciertos, inclusive aquí en la Plaza de Palmira hay unos.

JP: Sabe Ud. de alguna calle o esquina de Palmira dónde haya sucedido algo curioso?

AC: Uhmm… pues la única calle famosa para mí hace años… fue la calle del infierno en la estación, hoy día, vía la calle 5 por los lados del Seminario Agustino, pero, eso de calle del infierno me lo reservo, pregúntele a otras personas sobre eso.

JP: Qué otra cosa puede decirnos de nuestro pueblo?

AC: Bueno, como no, la gente de aquí de Palmira era muy bonchona, le gustaba la rumba. Aquí habían varios Clubs y el más famoso era el Club Palmira, era allá por los lados de, vía el Cementerio; y en la época de
la ferias, aquí hubieron buenas ferias, inclusive donde funcionó el Liceo Mariscal, por la carrera 2, ahí se hacían bailes en la temporada, y por el frente de la estación de servicio (vía panamericana) también, ahí se
hicieron bailes. Después todo eso fue modificado, cambiado.

JP: Algún familiar suyo trabajó en la Cervecería Zulia?

AC: Yo mismo estuve trabajando allí. La cervecería en su época fue muy famosa, era lo mejor que había, tanto en calidad, como en plaza de empleo para la gente del pueblo. Eso ya tiene más de vienti pico de años que se acabó, se fusionó, pasó por varias manos de dueños y hasta ahí llegó, no caminó más.

JP: Alguna anécdota que le haya ocurrido acá en el kiosco?

AC: Bueno si, tenía yo como cuatro años acá trabajando cuando me robaron completo y me dejaron el Kiosco pela'o … yo no sabía qué hacer, si llorar, reírme, abrir más o no abrir; entonces un amigo, un gran amigo me dijo, no Alirio, eche pa' lante y más nada, y bueno, fue ahí cuando yo me idee una carretica que es donde yo me llevo mis corotos y están más seguros allá en mi casa que aquí.

JP: Piensa dejar como herencia este kiosco a sus hijos, quiere Ud. Que ellos continúen con este trabajo?

AC: Bueno, es la idea, pero, vamos a ver, Ud. sabe que la juventud tiene hoy día otros pensados, pero la que ayuda más actualmente es mi hija, mas que todo me ayuda el día domingo que es día mas fuerte en la venta de periódicos, ya que es el día que hay más gente en el pueblo, se triplica a veces la venta, todo mundo esta descansando y viene a buscar la prensa, pues, muchos trabajan en San Cristóbal, y el periódico les llega a sus oficinas o compran cerca a sus oficinas.

JP: Muchas gracias por su tiempo Sr. Castillo, y esperamos que también nos apoye desde su Kiosco en la
distribución de nuestro Periódico Comunitario, Libre y Alternativo Juntando Palabras.

AC: Claro, con mucho gusto, estamos a la orden por aquí en el Kiosco Monte Nebo, y a mis clientes les recuerdo que cuando esté cerrado el kiosco por motivos de actividades que realice la alcaldía, ya saben que pueden pasar frente a mi casa, por la calle 4, allá les atiendo.


JP: Juntando Palabras
AC: Alirio Castillo

La Historia de mi Pueblo: Caneyes 3ra Parte.





Narración: LEONCIO GONZALEZ.
Producción: KolectiVo La OtRa RAdiO RAJULi97.1FM
Mayo 2.008

La Historia de mi Pueblo: Caneyes 2da Parte.





Narración: LEONCIO GONZALEZ.
Producción: KolectiVo La OtRa RAdiO RAJULi97.1FM
Mayo 2.008

La Historia de mi Pueblo: Caneyes 1era Parte




CANEYES. 1era Parte.

Narración: LEONCIO GONZALEZ.
Producción: KolectiVo La OtRa RAdiO RAJULi97.1FM